China implanta un sistema de crédito social,que se basará en el comportamiento de los ciudadanos y la confianza que estos se merecen, incluyendo una lista negra para aquellas personas que cuenten con una baja puntuación, un sistema que nos recuerda a uno de los episodio de Black Mirror donde la sociedad vivía bajo un modelo similar de puntuación.
Este nuevo sistema de crédito social, público y obligatorio, fue aprobado por el Gobierno de China en 2014, y se irá implantando de manera paulatina en la sociedad hasta el 2020 que acogerá a sus 1.400 millones de ciudadanos. Con éste, según el comunicado de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, aquellos que cuenten con una puntuación baja no se les permitirá, por ejemplo, viajar en tren o avión en el periodo mínimo de un año.
Su objetivo es «elevar la conciencia de la integridad y el nivel de confiabilidad de ls sociedad china«, a través de una evaluación al ciudadano en el que se tendrán en cuenta los delitos sociales o financieros, como fumar en zonas prohibidas, no pagar el seguro, difusión de información falsa o fraudulenta, provocar problemas en el trasporte público….
Analizando más profundamente la iniciativa del país asiático, la palabra crédito en chino se traduce con un principio básico de la ética tradicional confuciana, que en su contexto original, se trata de un concepto moral que hace referencia a la honestidad y confiabilidad de un personal, aunque a día de hoy también haga referencia a la solvencia financiera.
Ciudades piloto
El sistema de crédito social, a día de hoy, está implantado en varias ciudades teniendo como aliado el Big Data a través del reconocimiento fácil para identificar a los peatones que cruzan la calle.
En estas ciudades, como la de Suzhou, los ciudadanos cuentan con un baremo de 100 puntos, que puede llegar a ampliar con bonificaciones de hasta 2oo puntos por medio de acciones como trabajos de caridad, separar y reciclar la basura o donar sangre. Al lograr una alta puntuación contarán con recompensas como disfrutar de las instalaciones de gimnasio gratuitas, trasporte público más económico y tiempos de espera reducidos en los hospitales.
Fuente: The Conversation