Codex ha sido lanzado por OpenAI que mueve ficha en el mundo de la programación, su nuevo agente de inteligencia artificial diseñado para desarrolladores, el compañero invisible que programa mientras tú haces otra cosa. ¿Y qué hace diferente a este asistente virtual? Básicamente, trabaja desde la nube como si fuera un programador más… pero que nunca duerme.
Codex ya está disponible en fase de prueba para los usuarios de los planes Pro, Enterprise y Team de ChatGPT, y no se trata simplemente de un asistente que sugiere líneas de código. Estamos hablando de una herramienta que entiende lo que necesitas, lo ejecuta en su propio espacio seguro, y te mantiene al tanto de sus avances mientras tú sigues con tu día.
¿Qué puede hacer Codex?
Codex no solo genera código. Puede conectarse a tu GitHub, leer archivos, proponer cambios, lanzar pruebas automáticas y hasta corregir errores, todo desde su propio “miniordenador” virtual en la nube. Eso significa que trabaja sin tocar tu ordenador físico, sin comprometer la seguridad de tus datos y sin interrumpir tu flujo de trabajo.
Lo más curioso es que Codex puede trabajar en múltiples tareas al mismo tiempo. Imagina que le pides que revise una parte del proyecto mientras mejora otra. Él lo hace, y te va contando todo paso a paso. Esta autonomía no solo ahorra tiempo, también reduce errores y agiliza procesos que normalmente se hacen manualmente.
Una IA que se adapta a ti
Codex está diseñado para adaptarse al estilo de cada desarrollador. A través de un archivo llamado AGENTS.md, puedes indicarle qué normas seguir, cómo deben lanzarse las pruebas, o qué estilo de código prefieres. Este nivel de personalización es clave para que el agente no solo sea útil, sino también coherente con la manera en que trabajas.
OpenAI ha sido clara: la mejor forma de sacarle partido es dándole tareas bien definidas y experimentando con distintos tipos de peticiones. Lo ideal es probar y ver hasta dónde puede llegar, sin esperar que haga magia si no se le da un contexto claro.
Seguro, pero en evolución
Una de las grandes preocupaciones con estas herramientas es la seguridad. Nadie quiere que una IA escriba algo que no debería. Por eso, OpenAI asegura que Codex fue entrenado para rechazar instrucciones dañinas, como crear malware o realizar prácticas sospechosas. Además, todo su trabajo ocurre en una máquina virtual aislada, sin acceso directo a internet.
Codex sigue siendo una inteligencia artificial generativa. ¿Qué significa esto? Que puede cometer errores o malinterpretar ciertas instrucciones. Aún está en fase de investigación, lo que implica que hay mucho margen de mejora. En el futuro, OpenAI planea que puedas interactuar directamente con el agente durante sus tareas, integrarlo con otras herramientas y recibir reportes más detallados.
¿El futuro del desarrollo?
Codex ya se está usando en algunas empresas, donde ayuda a agilizar tareas repetitivas, depurar errores y organizar bases de código enormes. La idea detrás de esta herramienta es clara: permitir que los desarrolladores se centren en lo importante mientras la IA se encarga del trabajo más mecánico.
Y esto no viene solo. OpenAI también está trabajando en otros agentes como Operator, que automatiza tareas en navegadores web, o Deep Research, que recopila y analiza información online. Todos estos avances apuntan a una misma dirección: que ChatGPT y sus derivados pasen de ser simples asistentes conversacionales a convertirse en verdaderos compañeros de trabajo.
Una nueva era en la programación
Como dijo uno de los líderes del proyecto, Josh Tobin, la visión de OpenAI es que ChatGPT y sus agentes, como Codex, evolucionen para ser más que un bot que responde preguntas: quieren que sea parte activa del equipo.
El cambio ya está en marcha. Codex representa el primer paso hacia una forma completamente nueva de programar, donde los humanos guían y las máquinas ejecutan. Quizás no sea el fin del teclado, pero sí el comienzo de una colaboración más fluida entre personas y máquinas.
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